Es normal que en algún momento de nuestra vida experimentemos problemas para dormir, aún probando terapias para el insomnio, y sobre todo si sufrimos de insuficiencia respiratoria. La apnea del sueño puede provocar insomnio, pero es importante tratarla a tiempo para que no se convierta en un trastorno que arruine tu calidad de vida.
Algunas de las consecuencias de no dormir bien son:
- Falta de energía durante el día
- Irritabilidad
- Dolor de cabeza
- Somnolencia
- Cansancio
Si padeces problemas para conciliar el sueño, en este artículo encontrarás las herramientas adecuadas para mejorar e incorporar nuevos hábitos que te ayudarán a descansar mejor.
¿Por qué tengo problemas para dormir?
Aquellas personas que alguna vez han padecido insomnio saben de qué se trata, es un proceso lento, que empieza a apoderarse del paciente casi sin darse cuenta. Dormir poco o mal hace que la energía durante el día se vaya agotando poco a poco y cuando llega la noche ese cansancio tampoco te dejará dormir, por lo que el ciclo comienza de nuevo.
Algunos de los principales factores que pueden causar problemas para conciliar el sueño son:
- Estrés: no desconectarse del trabajo, la rutina o la tecnología no ayuda al cerebro a descansar, aunque esta habilidad se puede entrenar con el tiempo.
- Cambios repentinos de turina que modifican el sueño, el nivel respiratorio y la frecuencia cardíaca. Nuestro reloj interno sigue un ciclo cercano a las 24 horas y necesita ciertas variables externas como la luz y la oscuridad para sincronizarse a diario.
- Cenas abundantes y falta de actividad física.
- Consumo de bebidas alcohólicas o estimulantes antes de dormir.
Dormir mejor con algunos ejercicios
La actividad física ayuda a conciliar el sueño. Si tienes problemas para dormir, practicar algunos ejercicios antes de ir a la cama puede ayudar. Por ejemplo, ejercicios suaves, una caminata, yoga, meditación o ejercicios de respiración.
2 posturas ideales para conciliar el sueño
1- La postura del niño:
Debes comenzar de rodillas, juntar los pies, bajar las caderas hasta los tobillos y extender los brazos hacia adelante. Luego, apoya la frente en el suelo. Cierra los ojos, ajusta la postura eliminando tensiones y respira con tranquilidad. Así, notarás cómo tu espalda se libera de cualquier tensión que pudieras haber acumulado a lo largo del día.
2- La postura de Brimana:
Siéntate en una colchoneta o alfombra y cruza los pies acercándolos al máximo al cuerpo, pero sin ponerlos debajo de las piernas, en esta posición se estiran los músculos de la cadera y la columna recupera su curvatura natural.
Respiración consciente para conciliar el sueño:
Acuéstese de espaldas, con las piernas ligeramente separadas, los brazos estirados a los lados del cuerpo y las palmas hacia arriba, y relájese. Sienta su cuerpo contra la superficie de la cama. Busque cualquier tensión y relaje los músculos. La respiración debe ser relajada y debes sentirla en tu abdomen, en tu pecho o en tus fosas nasales. Ahora concentre su atención en la respiración completa, de principio a fin.
Haga el ejercicio durante unos minutos y recuerde, cada vez que un pensamiento pase por su mente, libérelo y vuelva a concentrarse en su respiración.